Calimete

Tierra donde vivió José Martí

Origen del Municipio

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La historia de la localidad se remonta a miles de años antes de la llegada de los colonizadores españoles. Sus primeros habitantes fueron grupos aborígenes que se asentaron en la parte sur, cercano al rio Hanábana, los que practicaban como forma se subsistencia la caza, la pesca, y la recolección, de los que se encontraron evidencias arqueológicas en el lugar conocido como La Loma del Indio, cercano al batey Villenas en Amarillas.

 

 

Evolución del territorio durante la colonia española.

La historia colonial se inicia aquí en la segunda mitad del siglo XVI, con la ocupación de estas tierras por parte de individuos dedicados a la actividad ganadera. En el año 1566 el cabildo de La Habana otorga la primera merced de tierras en la sabana de Hanábana a Melchor Rodríguez. Desde esa fecha y hasta casi la mitad del siglo XVIII se  extendió este proceso que permitió la apropiación de gran cantidad de tierras, extendiéndose los límites de La Hanábana desde el actual poblado de Calimete hasta Crimea y desde Macurijes hasta Yaguaramas. Paralelo a la actividad ganadera se fomentó la agricultura a partir del  establecimiento de algunos sitios de labor que  garantizaban la subsistencia de la reducida población que la habitaba. El principal núcleo poblacional de este lugar fue  el caserío de  El Caimito de La Hanábana, que se formó en la última década del siglo XVIII (1793), y  años más tarde alcanzo la condición de Capitanía de Partido como cabecera del territorio. Con respecto a  la plantación azucarera, su extensión hacia este territorio fue tardía en relación a otros lugares. La lejanía de los centros económicos importantes y la ausencia de buenas comunicaciones limitaron su desarrollo, por lo que no fue hasta la década del 60 del siglo XIX en que comienzan a fundarse ingenios, proceso que se acelera en la década del 70 con la llegada del ferrocarril.

En el año 1867 comenzó a fomentarse el núcleo del naciente pueblo de Calimete. En esa fecha aconteció el acto legal en que José Antonio Castañeda, propietario de una hacienda ganadera, cedió un pedazo de sus tierras para su creación. Debido al auge de la actividad azucarera y a la llegada del ferrocarril alcanzó la categoría de barrio en 1870 como parte del Partido de La Hanábana, Jurisdicción de Colón.

En su etimología la voz Calimete procede de la locución indígena "Cali" que significa  "calle o camino" y de "Limes", o "itis" (límite); es decir fin o meta del camino. Así lo recoge Manuel Pérez-Beato  en su libro "La falacia del idioma indígena" de 1942, donde argumenta que en los siglos XVI y XVII entre los varios caminos que partían de La Habana para los distintos lugares de la isla, había uno que saliendo de la capital terminaba en la cercanía del Hato de la Hanábana, desde cuyo lugar empezaba la  espesura del monte. Aquel lugar era el punto de entrada de la tierra adentro, pues constituía la entrada de la provincia de Matanzas y el término del camino, que de La Habana conducía a la "Vuelta Arriba". Calimete, fundado después, tomó su nombre de estos antecedentes topográficos.

Al iniciarse  la guerra por la emancipación en Octubre del 68, aunque este territorio no se unió a la lucha armada, estuvo vinculado  a hechos relacionados con la insurrección. Las principales escaramuzas y acciones combativas fueron realizadas por fuerzas del Ejército Libertador que invadieron el territorio en 1875, lideradas por el inglesito Henry Reeve, quien junto al cienfueguero Cecilio González y el camagüeyano Carlos Agüero se encargaron de extender la guerra hasta las llanuras de Colón. Se destaca en este periodo como uno de los más importantes hechos, el asalto al pueblo de Calimete en la noche del 30 de septiembre de 1876, acción realizada por las fuerzas que dirigían Cecilio González y Carlos Agüero. La Tregua Fecunda fue continuadora de estos esfuerzos libertarios en la que algunos jefes insurrectos como Carlos Agüero se encargaron  de mantener viva  en el territorio la llama de la rebelión.

Durante el desarrollo de la gesta de 1895  la zona calimetense se vio conmovida por el gran suceso político y militar que fue el paso de la invasión mambisa. El 20 de diciembre después de cruzar el rio Hanábana, la columna invasora tuvo en la finca La Colmena su bautismo de fuego. Días más tardes las fuerzas vuelven al territorio en la contramarcha estratégica conocida como “lazo de la invasión’’ y sostienen una de las más importantes acciones bélicas de la campaña, el combate de Godínez, que como expresó el Mayor General Serafín Sánchez marcó para Calimete "una de las páginas más gloriosas de las que engrandecen la historia de Cuba", pues se distinguió  no solo por el coraje de los cubanos y la resistencia ofrecida por las fuerzas españolas, sino por la cantidad y la calidad de las bajas de los contendientes y fue el que abrió las puertas de la invasión a La Habana. El ejemplo de esta proeza sirvió para levantar el espíritu combativo de los calimetenses, muchos de los cuales se incorporaron a la gesta, sumándose unos a las fuerzas invasoras y otros reforzando  las tropas que desde iniciada la guerra operaban en distintos puntos del territorio, que se convirtió a partir de 1896 en teatro de operaciones militares de la Brigada Sur de la I División del 5to Cuerpo del Ejercito Libertador.

 

Evolución del territotio durante la República neocolonial.

Finalizada la contienda con la oportunista intervención norteamericana, se inició un nuevo período que trajo como resultado un considerable aumento de  la decadencia de la zona calimetense. Con su advenimiento el 20 de mayo de 1902 se producen ligeras modificaciones en la demarcación territorial, manteniéndose el gobierno municipal en manos del ayuntamiento colombino. En el plano económico los habitantes del territorio seguían dependiendo de la actividad azucarera, principal fuente de ingresos y empleos, y que se caracteriza durante esos primeros años  por la culminación del proceso de concentración y centralización de la producción, que dio como resultado la reducción considerable de numerosas fábricas, quedando solo cuatro centrales.

En 1910 se suscitan cambios en la división política administrativa que permiten la creación de  nuevos municipios. Por Ley del Congreso de la República se acordó la constitución del Término Municipal de Manguito, segregándolo del de Colón y el  23 de mayo de ese año se constituye su ayuntamiento fijando cabecera en el pueblo del mismo nombre. El mismo incluía los barrios que hoy conforman el municipio de Calimete. Fue elegido como primer alcalde el liberal Carlos La Rosa Hernández. Las décadas del 10 y el 20 fueron significativas para la creación de varios exponentes de la arquitectura local en la que sobresalieron la construcción de edificaciones como teatros, hoteles, el Mausoleo a los Mártires de la independencia, el edificio del Ayuntamiento, los parques públicos y algunas residencias. Otros progresos fueron  la electrificación en 1915 y la creación  de la Imprenta  en el año 1917, la cual  posibilitó la publicación de algunas trabajos literarios y periódicos locales.

La actividad azucarera, agrícola y fabril que se desarrolla durante la neocolonia convirtió a este municipio en un territorio de gran tradición del movimiento obrero y de luchas sociales. A inicios de la década del 30 emergió en la vida política de la localidad como uno de sus actores principales el Movimiento Obrero, que bajo la guía de los comunistas libró numerosas batallas durante este periodo de la historia. En medio de la difícil situación que vivía el país bajo el gobierno de Machado y ante la necesidad de una organización política en consecuencia con sus intereses de clase, se funda en noviembre de 1932 la primera organización del Partido Comunista  en el central Mercedes, la que estuvo integrada inicialmente por 4 miembros, todos trabajadores de este central, bajo la guía de Bernardo Campos Abreus, veterano luchador fundador de la Liga Juvenil Comunista en Matanzas.

En la década del 50 resultó de gran importancia para el movimiento revolucionario la visita que realizó al municipio una comitiva del Partido Ortodoxo, entre los que se encontraba el joven abogado Fidel Castro Ruz, miembro de la Juventud Ortodoxa. El recorrido abarcó los poblados de Calimete, Amarillas y Manguito, donde se organizaron mítines en los que Fidel hizo uso de la palabra para denunciar la corrupción política del gobierno. En reuniones con los afiliados y simpatizantes del Partido recabó apoyo para las elecciones que debían efectuarse en junio de 1952, en el que se vislumbraba el triunfo de los Ortodoxos.

A  partir del año 1956 el Movimiento 26 de julio contó con células importantes en el territorio a  través de las que se brindó  apoyo a la lucha insurreccional recolectando dinero, trasladando armas y combatientes y enviando medicamentos a los luchadores en la Sierra. Un hecho que marcó ese nuevo período de nuestras luchas y que tuvo gran significación para la localidad fue la participación que tuvieron tres jóvenes oriundos del municipio en el asalto al Cuartel Goicuría, el 29 de abril de 1956. Uno de estos combatientes, César Modesto Rodríguez Alayón,  fue asesinado con posterioridad a la acción.

 

La Revolución en el Poder

Al producirse el triunfo revolucionario del 1ro. de Enero de 1959 , los calimetenses igual que todos los cubanos acogieron con júbilo la victoria  que dio inicio a una nueva etapa de profundos y radicales cambios para todo el pueblo. La calidad de vida aumentó considerablemente en el municipio al crearse escuelas, instalaciones de salud, culturales y deportivas que extendieron  sus servicios  a todas las esferas de la población. Se lograron importantes resultados en la actividad económico productiva, realizándose grades proezas laborales como la del machetero Reynaldo Castro Yebra que lo llevo a convertirse en el primer Héroe Nacional  del Trabajo de  la República de Cuba.

En los centrales azucareros se llevó a cabo un amplio plan de inversiones que permitió elevar la capacidad de los tres centrales con que contaba el municipio y obtener importantes resultados en las contiendas azucareras. Entre otros renglones se creó un Plan Arrocero con el propósito de autoabastecer a toda la provincia y del que fue un impulsor nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, con la visita que realizó en marzo de 1959 a las áreas donde este se crearía, también se conformó  una Empresa de Cultivos Varios, un Plan ganadero y se organizaron numerosas cooperativas, las que se han destacado por los resultados en la producción cañera y de alimentos.

Actualmente Calimete cuenta con una extensión territorial de 958 kilómetros cuadrados. Según los datos del censo del 2012 la población total era de 28751 habitantes. Se han desarrollado en este territorio 25 asentamientos poblacionales, de los cuales 7 se clasifican como urbanos y 18 como rurales, organizados en 5 Consejos Populares.

En el aspecto económico, la agroindustria azucarera y la actividad agropecuaria ocupan los renglones fundamentales, destacándose las producciones de azúcar crudo y alcohol a partir de la caña. Resultan también importantes las producciones de arroz, viandas, hortalizas y la ganadería. Este municipio  tiene un peso significativo en la producción azucarera del país contando con una de las más importantes  industrias de azúcar, el central Jesús Rabí y con tres cooperativas insignias dentro de la producción cañera del país.

 

 José Martí

En el año 1862, le es otorgada la Capitanía de Hanábana a Mariano Martí Navarro, antiguo miembro del Ejército Español. El 13 de abril de dicho año, llega para asumir el cargo, y lo hace acompañado de su hijo de 9 años José Julián Martí Pérez.

martiPara el niño esta constituyó una nueva experiencia. En este lugar inicia su actividad laboral auxiliando a su padre como escribiente, conoce las costumbres y formas de vida de los campesinos, hace  nuevas amistades y realiza actividades al aire libre que le permiten su desarrollo físico. Fueron estos momentos agradables, los que aparecen reflejados en la carta que escribió a su madre Doña Leonor Pérez Cabrera el 23 de octubre de 1862, la que constituye el primer documento suyo hasta hoy conocido.

Aunque esta constituye una etapa feliz de su vida, no estuvo exenta de experiencias negativas. En Hanábana conoció de cerca el horrendo crimen de la esclavitud rural que hasta entonces solo había podido ver en la modalidad domestica urbana. La huella de esta amarga realidad quedo grabada en su mente y fueron imágenes que lo acompañaron toda su vida y que inmortalizó en los versos escritos en plena madurez y en los apuntes de un texto inconcluso que había titulado ‘’Mis negros’’. Sin lugar a dudas esta estancia aunque breve, resultó significativa en la formación de su personalidad y de sus valores de justicia y libertad, así como de sus ideales contra el racismo.

 

 

 

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